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El punto de partida
Este local, situado en un edificio del barrio de Salamanca construido en 1960, lleva perteneciendo a la misma familia desde entonces, donde el abuelo de la actual propietaria comenzó el negocio. María quiso hacerse cargo del mismo y planteo una reforma para incluir también un espacio de bar y cata de vinos, respetando la esencia y tradición familiar.
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El reto
Conseguir que fuera un lugar acogedor y renovar su imagen sin que perdiera su esencia. Para ello trabajamos con la propiedad mano a mano.
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El resultado
En espacio donde charlar, tomarte un vino, compartir largas conversaciones, comprar una botella para bebértelo mientras cocinas, comprar esa botella de whisky de regalo para tu mejor amiga que llevas meses sin ver, en un ambiente cuyo principal material es la madera.
El local contiene tres espacios diferenciados por usos pero unidos por materiales. El primero es el bar de vinos, donde aparecen unas estanterías con objetivo de enfocar la acción de conversación dentro del espacio y al fondo la barra trabajada con listones de madera.
El segundo espacio es la tienda, Para organizar la gran cantidad de producto que hay en la tienda, tomamos la decisión de generar una gran retícula que contuviera las botellas para simplificar la búsqueda del producto.
El último espacio es la zona de grandes vinos. Un espacio polivalente de cata y selección de los vinos de más nivel de
la tienda.
