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El punto de partida
El proyecto se ubica en el barrio de Retiro y comprende tres apartamentos de dimensiones reducidas, cada uno con una superficie máxima de 30 metros cuadrados. La propuesta se centró en transformar estos espacios compactos en viviendas completamente funcionales, donde cada elemento de diseño contribuye a optimizar el uso del espacio. Se ha jugado con la distribución para integrar todas las necesidades de un hogar en un entorno reducido, ofreciendo una solución adaptada a la vida urbana contemporánea.
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El reto
El desafío principal fue lograr una distribución inteligente que maximizara el aprovechamiento del espacio sin generar sensación de saturación. Cada apartamento debía incorporar áreas diferenciadas para descanso, trabajo y socialización, asegurando una transición fluida entre ellas. Se trabajó con mobiliario a medida y soluciones integradas para garantizar almacenamiento suficiente sin comprometer la amplitud visual. La selección de materiales y colores contribuyó a generar una atmósfera acogedora y sofisticada, equilibrando funcionalidad y estética.
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El resultado
El diseño final consigue una vivienda eficiente y completamente equipada, donde cada centímetro ha sido aprovechado para ofrecer una experiencia de habitar cómoda y versátil. La distribución fluida permite que las áreas esenciales coexistan sin interferencias, mientras que el mobiliario integrado aporta orden y practicidad. La elección de tonos neutros con acentos estratégicos dota a los espacios de profundidad y carácter. A diferencia de otras propuestas, estos apartamentos se entregan completamente amueblados, listos para ser habitados desde el primer momento, con soluciones de diseño que garantizan confort y estilo en un formato compacto.


















































