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El reto

El principal desafío fue diseñar un proyecto que integrara de manera eficiente espacios residenciales y almacenes en un único inmueble. Esto implicó encontrar soluciones que garantizaran una distribución equilibrada y accesible para ambos usos, optimizando el espacio disponible y cumpliendo con las normativas urbanísticas de la zona.
Se abordó el reto de dotar a cada unidad de las condiciones adecuadas de habitabilidad, luminosidad y funcionalidad, sin comprometer la operatividad de los mini almacenes. Para lograrlo, se trabajó con viviendas en espina y con desniveles, generando todo en un mismo espacio sin necesidad de segregar estancias, lo que permitió maximizar la sensación de amplitud y continuidad dentro de los apartamentos.

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El resultado

Desde un enfoque arquitectónico, el proyecto logró un equilibrio entre funcionalidad y diseño. Las viviendas en espina permitieron organizar los espacios interiores de manera fluida, favoreciendo recorridos visuales sin interrupciones. El uso de desniveles añadió dinamismo a los ambientes y ayudó a definir zonas diferenciadas sin recurrir a tabiques ni particiones rígidas, manteniendo la continuidad espacial.
Los grandes ventanales y la distribución estratégica de la iluminación potenciaron la entrada de luz natural, creando apartamentos luminosos y modernos. En paralelo, los mini almacenes se integraron cuidadosamente en el proyecto sin interferir con la habitabilidad de las viviendas, respetando los accesos independientes y garantizando su operatividad.
El estudio también asumió el desarrollo del proyecto de interiorismo y amueblamiento, apostando por soluciones que optimizaran cada metro cuadrado y aportaran una estética contemporánea. La elección de mobiliario funcional y materiales de calidad contribuyó a generar espacios cómodos, versátiles y coherentes con el carácter innovador del diseño arquitectónico.